*Por orden alfabético de Jorge Herralde es una suerte de alfa y omega de una editorial y su editor: la historia de un hombre y los cientos de libros que no escribió, pero que fueron también bastante suyos.
Rodolfo Mendoza
¿Podría entenderse el éxito de ciertos autores sin un buen editor? Por supuesto que no. El éxito no sólo de autores sino en general de la industria editorial sería inimaginable sin, por ejemplo y para hablar sólo de México: García Terrés en el Fondo de Cultura Económica, Díez-Canedo en Joaquín Mortiz, Orfila en siglo xxi, Galindo en la Editorial de la Universidad Veracruzana o, en últimos años, los hermanos Rabasa en Sexto Piso.
Un buen editor es, antes que nada, un gran lector y un apasionado de los libros. Sin duda el caso paradigmático del siglo XX en lengua española es Jorge Herralde, fundador de la ya célebre editorial Anagrama.
No es Por orden alfabético de Jorge Herralde el primer libro de este gran editor. Ya hemos leído: Opiniones mohicanas, Flashes sobre escritores y otros textos editoriales y Para Roberto Bolaño, libros en los que Herralde habla de su relación con los escritores que publica, de cómo elige tal o cual libro, quienes son sus mejores traductores, qué problemas tiene que enfrentar para el “fichaje” de tal libro de moda, de cómo alguna otra editorial puja un mayor precio para conseguirlo, en fin, en este y los demás libros de Herralde el lector puede ver el laboratorio diario de Anagrama.
Sin embargo es Por orden alfabético el libro más personal de su autor. En orden alfabético, precisamente, Herralde va dando cuenta de un sin número de experiencias editoriales. Desde cómo escogió el nombre de su editorial, hasta los premios que ha recibido por dicha labor; de las visitas a las ferias de libros más importantes, hasta sus viajes con algunos de los mejores escritores no sólo de nuestra lengua, sino del mundo entero.
Para las generaciones jóvenes Anagrama es lo que en otros años era la colección Austral o Seix Barral: la editorial que garantiza una segura calidad literaria.
Jorge Herralde recuerda uno de los libros más bellos y más olvidados de José Donoso: Historia personal del Boom, libro en el que el espléndido autor chileno cuenta de cómo en una fiesta en España sintió, de alguna manera, que el Boom estaba cerrando su ciclo. La presencia en esa fiesta de Año Nuevo de García Márquez, Fuentes, Cortázar, el mismo Donoso, críticos y panegiristas del Boom se mezcló con la presencia de dos jovencísimos personajes: un mexicano y un español: el mexicano era Sergio Pitol, quien tenía pocos años de haber llegado a Europa, el español era Jorge Herralde, un joven veinteañero que estaba por abrir una editorial.
Por orden alfabético de Jorge Herralde es una suerte de alfa y omega de una editorial y su editor: la historia de un hombre y los cientos de libros que no escribió, pero que fueron también bastante suyos.